Que la elección no me sea indiferente.
Nunca importaron tanto las décimas
Como canta Leon Gieco “solo le pido a Dios” y agregamos que estas elecciones no me sean indiferentes. No lo es. Respira aliviado el anti fujimorista, mientras el fujimorista frunce el ceño preguntándose, qué sucedió, en qué momento, por qué no separamos a Joaquín Ramirez.
Los últimos días escuchamos irrepetidas veces las palabras analista e irreversible, hasta llegar a poner en duda su signifcado. A falta de 1% y con actas impugnadas, podríamos decir que PPK será presidente. Sin embargo el Perú podría ser naranja y muchos saltaríamos de nuestros cómodos escritorios.
Que esta elección no nos sea indiferente. Preguntemos si hay una necesidad de hacer política. Por un lado, es cierto, pesó el antifujimorismo. Compuestos de votantes de Vero, Barnechea, Alan García, Goyo Santos. Muchos votos de estos candidatos carecen de uniforme. El voto sin uniforme viaja y se mueve, no tiene lugar, no tiene partido y probablemente no quiere pertenecer a alguno. Y la pregunta de los politólogos seguirá siendo qué harán los partidos para cautivar esos votos. Aunque aparecieron nuevos potenciales candidatos. Están lejos de fortalecer un partido. Mucho más de diferenciarse claramente entre izquierda o derecha. Se agrava cuando los electores desconocemos su significado.
El voto tomará cinco años de vacaciones hasta prender el televisor en el 2021 para conocer a sus nuevos candidatos. Y probablemente las redes sociales no lo puedan evitar. La red no, pero los personajes sí, aquellos que quieran recoger propuestas, viajar, hacer partido por todo nuestro curvilíneo país. Construir ideas en la población, aunque subestimadas, las ideas y las necesidades mueven los votos. En tanto seguiremos viviendo y tomando cerveza en este sistema capitalista y escuchando las bravatas más antimperialistas contra los yanquis opresores, quejándonos del modelo incomprendido para incomprendidos usuarios.
Que no nos sea indiferente el voto fujimorista. Éste recuerda al padre y también la necesidad de soluciones prácticas. ¡El índice de criminalidad requiere soluciones ya!, y Keiko representaba el pragmatismo y populismo. El voto práctico por las soluciones eficaces tendrá asidero en una sociedad desigual como el Perú.
Que no sea indiferente el PPK. Su gobierno, en la hipótesis. Su reto, aunque en franca complejidad, será formalizar económicamente al Perú, llegamos al bicentenario más capitalistas que nunca. Más apegados a eso que llamamos modelo y no lo comprendemos, sin ser capitalistas, ni feudalistas, qué somos o seremos. Más críticos, tal vez, y más rejuvenecidos. Descubriendo que el elixir de la eterna juventud está en la calle.
Por hoy y mañana estira las aletas de la nariz el antifujimorista como lo hace quien simplemente se alegra por la derrota de Keiko. Finalmente está el buen marxista que votó por PPK creyendo en la consolidación del capitalismo.