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Días de letras  llegaron  al final

Bienal con Huaylas y Carnaval

En la serenata del cumpleaños 78 de Vargas LLosa

Publicado: 2014-03-28

Las brillantes luces del Teatro Nacional acogen al puñado de espectadores, afanosos de visualizar a Vargas Llosa y guiados por la pasión literaria. Pacientemente esperan al ganador de la Primera Bienal Vargas Llosa, que se dio a conocer ayer. Esta última reunión es el epílogo de días intensos teñidos de literatura. Por cuatro días, en distintas universidades, escritores, voraces lectores y aficionados se despabilan en palabras como el otoño en hojas.

La conversación inicial fue protagonizada por Sergio Ramírez, Javier Cercas, Alonso Cueto y fungió de conversador: Fernando Ampuero. Lima como anfitriona de las letras dejó buena impresión y estómagos contentos, así lo aseguró Cercas. Cada autor contestó una serie de preguntas referidas a su obra: “Margarita está linda la mar”, “El soldado de salamina”, “La hora azul”, respectivamente. La violencia y la relación poder-subordinación son ejes referenciales de cada obra, como una materia prima para la escritura. Mientras en Margarita…. hay una relación violencia-humor para presentar los actos del tirano Somoza padre, en El soldado… parte de una acto incomprensible (no ejecutar a un prisionero), del cual parte Cercas, quien intenta comprender situaciones en latitudes donde la razón no puede llegar. “La hora… vuela en una retrospección, quizás por buscar la verdad de un pasado en penumbra. Quiero agregar que si los peruanos aceptamos verdades no puestas en duda sobre el periodo senderista mostramos desconocimiento o indiferencia sobre el tema, Cueto profundiza sobre la inexistencia de buenos y malos, ejemplifica cuánto un escritor debe sumergirse sobre un tema que conoce vagamente.

Terminada la conversación, el escenario estalló con un dicharachero carnaval y en medio apareció un árbol de cortamonte, los espectadores boquiabiertos no parpadearon, cuando el piso tragaba a los danzarines, súbitamente otro piso ascendía con otro grupo del Elenco Nacional de movimientos alegres, camisas y pantalones blancos y vestidos multicolor ¿Qué podía ser? ¿Tal vez una marinera? No. El carnaval arequipeño arribó contagioso para llevarse los aplausos y el gusto de Vargas Llosa, pero eso no fue todo, en víspera del cumpleaños 78 de VLL, los bailarines desparecieron parar darle espacio a un yaraví dedicado a Silvia, musa del amor infranqueable de Mariano Melgar. Si el silenció llegó unos segundos fue para que la vecina de lado me preguntara ¿Qué día es hoy? No me escuchó. El zapateo incesante y el saxofón acompaño al grito unísono “Yo soy huancaíno….” Un Huaylas no entrega tregua de distracción, desde el taconeo acompasado hasta el sombrero seductor, polleras y chalecos brillantes sólo reconocían la calidad y las muchas luces que irradia el talento del Elenco nacional, los espectadores nos quedamos cortos en agradecimiento.

Finalmente, la lectura de agradecimiento de los organizadores, unas palabras de VLL, que enfatizó en los impulsadores de la cátedra Vargas Llosa, Juan Jesús Armas Marcelo, de quien resaltó su vocación de negrero. El trabajo incesante con Carlos Granés y Alonso Cueto le valieron el descubrimiento de su vocación esclavista, producto del esfuerzo, Lima se convirtió en hospedero de la Literatura.

Ahora regresa a distintos pueblos, pero coge de la mano a la novela premiada “Prohibido entrar sin pantalones” de Juan Bonilla, al margen del premio (cien mil dólares). Al terminar la premiación, me alegré que la señora no me haya escuchado porque ayer no fue un día más. Un día mezclado de arte como una forma de escapar de la realidad y anclarnos más en ella. Aunque ajena a muchos, ojalá eventos de tal calidad pueda llegar a otras partes del Perú.

Marzo, Lima


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Daguerrotipo

Columna de cultura, política y otras ficciones.