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Daguerrotipo

Las luces de Camus

Publicado: 2014-01-15


La gran cantidad de tiempo disponible en verano, para muchos, es un camino hacia la pregunta ¿Qué hacer para no perder el tiempo? O también ¿Cómo evitar el aburrimiento? Sobre lo último, debo decir que tenemos un menú – no tan nutritivo – para llenar ese espacio: cine comercial, comprar frenéticamente, televisión, teclear en Facebook, etc. A pesar del consumo, seguimos insaciables, y es más, lanzamos miradas esquivas a opciones como la lectura de un libro. No pretendo enfatizar el poco nivel de lectura que existe en Perú. Sólo deseo relatar una experiencia personal.

Desde hace un tiempo a esta parte, he tenido cambios repentinos con un escritor, que pasa del sinsabor hasta la admiración frenética. Cuando pasé por “El extranjero” sentí un bocado de ceniza en los labios, porque el protagonista me provocó mucha antipatía, acostumbrado a héroes filibusteroscomo Sandokán o el Corsario Negro, el extranjero no encajó en mi concepto de protagonista, sin embargo, quedó en mi memoria, pidiendo a gritos que no lo juzgue con mi moral e intente comprenderlo. Más adelante “El mito de Sísifo” y el “El hombre rebelde” lanzaron sus palabras para atraparme: ¿Qué es un hombre rebelde? Un hombre que dice no.Para Camus el único problema filosófico es el suicidio. Inmediatamente se deduce que le interesa la vida. La forma de rebeldía que predica Camus es encarnada por el creador, quien niega la realidad, producto de su insatisfacción- afirma Camus- ese creador está destinado a desarrollar, en su labor, una mejor existencia. Acompañado de la curiosidad llegué a un texto fascinante.

Estos últimos días, he pasado unas horas con “La Peste”, una novela acogedora desde las primeras líneas: Los curiosos acontecimientos…. El médico protagonista, Rieux define en líneas generales a Camus: “Cansado del mundo en que vivía, y sin embargo inclinado hacia sus semejantes y decidido”. La evidencia del sinsentido de la vida no es suficiente para despreciarla. Camus, en contraste propone aceptar la vida y cometer el menor número de errores.

Orán es la ciudad encerrada, debido a la peste, la impotencia del médico frente a la muerte que pasea por las calles, hospitales, camas, no otorga tregua. Por otro lado hay actitudes memorables como el periodista que desiste de su escape para ver a la novia o el taciturno Terrau que organiza grupos de voluntarios para contener la peste. Sin olvidar momentos desgarradores como la lenta agonía de un niño postrado en la cama. Escenas que testifican los contrastes de la vida. Notablemente Camus realiza una analogía entre el encierro de Orán y los campos de concentración, en ambos un asesinato incomprensible frente a nosotros. No obstante, Camus rechazó esa carnicería humana y las venideras. Al final nos quedamos con las cosas dignas de admiración de las pestes, pero advierte que el olvido nos sumerge en una tranquilidad relativa hasta que la peste despierte a sus ratas y las mande a morir en una ciudad dichosa. Hoy mientras descansamos, en Siria, se caen muchas vidas, y como Rieux contemplamos con impotencia.


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Columna de cultura, política y otras ficciones.